103 Años de la Fuerza Aérea Colombiana

Oración para los que llevamos la aviación en el alma

 Volar es simplemente bautizar la mañana,

con la honradez del sueño que respiró la noche,

es sufrir las angustias sin el menor reproche,

y no pensar siquiera que la muerte es hermana.

Es estar convencidos de que el avión nos llama,

y que su voz potente sólo emite canciones.

Es ver entre las nubes racimos de ilusiones,

y creer que hasta el trueno a nuestro paso calla.

Es sentir bajo el frío y el calor su caricia,

en medio del bochorno adivinar la brisa,

y en el cielo infinito descubrir el hogar.

Es saber que en el aire todos somos hermanos,

y es regresar a la tierra para con ambas manos bendecir el espacio que nos dejó volar.

Un saludo muy especial al señor Mayor General Luis Carlos Córdova Avendaño y a todos los caballeros y damas del aire de nuestra Fuerza Aérea Colombiana, por sus 103 años en la tarea de proteger la soberanía nacional desde el aire y en la conquista del espacio.

Como su Obispo Castrense, me complace el poder felicitarlos en su centésimo tercer aniversario de existencia, sirviendo a nuestro país con entrega, sacrificio y gallardía, custodiando los cielos de nuestra nación.

Gracias a hombres y mujeres valerosos como los que integran nuestra Fuerza Aérea Colombiana, es que nuestro país ha logrado posicionarse como referente a nivel regional en el ámbito militar y aeronáutico, así como espacial.

Unimos nuestras manos para elevar plegarias desde nuestras oraciones personales y desde las celebraciones eucarísticas, para que como vocacionados por Dios como oficiales, suboficiales, soldados, cadetes, alumnos y personal no uniformado, sigamos construyendo una Colombia en paz y en armonía dese el flapeo de los helicópteros y el rugir de las turbinas de los aviones.

Los encomiendo a nuestro Dios y pido al Señor de las alturas que siempre los proteja y los guarde en el cumplimiento de su importante misión constitucional a la santísima virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto, los siga protegiendo y acompañando en sus operaciones aéreas.

Ad Astra.

Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid

Obispo Castrense de Colombia

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